Engobe en Cerámica: ¿Que és y para que sirve?
El engobe, también conocido como engalba, es una técnica cerámica ancestral que ha sido utilizada por culturas tan antiguas como la romana y la griega. En su forma más simple, consiste en una mezcla de barro con agua, a la que se le pueden añadir pigmentos y fundentes.
Esta suspensión se usa principalmente para decorar y proteger las piezas cerámicas, tanto en estado crudo como después de la primera cocción.
¿Qué es el Engobe?
En términos generales, un engobe es una barbotina de arcilla con una textura cremosa, similar a la del yogur. Está compuesta principalmente por partículas de arcilla suspendidas en agua, lo que le permite tener una consistencia lo suficientemente fluida para aplicarse sobre la cerámica.
A esta mezcla básica se le pueden añadir óxidos o pigmentos, según el color y efecto que se quiera conseguir. Además, en algunos casos se utilizan fundentes para mejorar la adhesión y el acabado final.
El objetivo del engobe es cubrir la superficie cerámica para modificar su color, textura y ciertas propiedades físicas. A diferencia de un esmalte, el engobe no se vitrifica completamente al ser cocido, por lo que conserva su aspecto más mate y natural.
Usos del engobe en cerámica
Los engobes cumplen varias funciones dentro del proceso de creación cerámica, destacando entre ellas:
Decoración: Los engobes permiten añadir color y patrones decorativos a las piezas. Al aplicarlos sobre la superficie de la cerámica, se pueden realizar trazos artísticos que aportan un gran valor estético.
Cobertura de imperfecciones: En algunos casos, los engobes se utilizan para cubrir defectos o irregularidades en la pieza, unificando su aspecto.
Texturas y relieves: Los engobes pueden aplicarse en capas gruesas para generar volúmenes o texturas adicionales sobre la cerámica, creando efectos visuales y táctiles muy interesantes.
Modificación de propiedades: Dependiendo de los ingredientes añadidos, los engobes pueden mejorar la resistencia al cuarteado o aumentar la dureza de la pieza.
Cómo preparar un engobe
Hoy en día es fácil encontrar engobes comerciales ya listos para su uso, pero también se pueden preparar de forma casera. La receta básica de un engobe incluye:
- 80% de arcilla (preferentemente similar a la de la pieza que se va a decorar).
- 10% a 15% de fundente, que facilita la fusión del engobe durante la cocción.
- Pigmentos o óxidos para añadir color, en una proporción de hasta el 15%.
El agua es el último componente, agregada en la cantidad necesaria para conseguir la consistencia deseada, que dependerá del método de aplicación que se emplee.
Métodos de aplicación
Los engobes pueden aplicarse de diversas maneras, según el resultado que se quiera obtener:
- Pincelado: Ideal para detalles finos y decoraciones precisas.
- Inmersión: Sumergiendo la pieza en el engobe para un recubrimiento uniforme.
- Vertido o chorreado: Para efectos decorativos más dinámicos y aleatorios, como gotas o líneas irregulares.
- Pulverización: Se emplea una pistola de aire para aplicar el engobe de forma controlada.
Técnicas decorativas con engobes
Además de los métodos de aplicación, hay técnicas específicas que maximizan el potencial artístico de los engobes:
- Enmascarillado: Consiste en cubrir partes de la pieza para reservarlas y que queden en el color original de la arcilla.
- Marmolado: Mezcla de diferentes engobes sobre la superficie para crear patrones similares al mármol.
- Sgrafiado: Raspar el engobe una vez aplicado para crear patrones en la arcilla subyacente.